dilluns, d’abril 27, 2009
El Carnicero (22-04-09)
La novela de Michel Houellebecq "La posibilidad de una isla" (Fayard 2005) describe un panorama de "fin de la civilización" humana -tal como la conocemos-. Diversas catástrofes naturales y humanas provocan que las civilizaciones desaparezcan casi en su totalidad en el planeta. Solamente unos humanos, que apostaron por la "vida eterna" científica mediante la clonación prometida por una secta religiosa (Elohim) podrán sobrevivir en un futuro cercano de unos dos mil años bajo la forma de "neohumanos" (cuasi-clones con características semejantes a los humanos actuales).
Epidemias de alta mortalidad. En zonas determinadas ya actúan algunos virus, como el Ébola y el Marburgo de transmisión interhumana muy eficiente a través de los líquidos del cuerpo, incluyendo saliva y secreciones respiratorias presentes en el aire, lo que los hace altamente contagiosos. Algunas de sus cepas han generado epidemias con tasas de mortalidad del 90% de los infectados (Ébola-Zaire 1976). Son de fácil reproducción en laboratorio y de expansión altamente eficaz por aerosoles. La mutación de un virus de estas características que afecte a animales, seguida de una zoonosis, o su generación accidental o intencionada en laboratorios, podría producir una mortandad cuya escala permitiera imaginar el suceso del fin de la humanidad
En el caso de la mitología nórdica, los primeros dioses (Odín, Thor, y Loki pelean entre si junto a otros dioses como Balder, el rey de los gigantes de escarcha que aterrorizaban a la tierra (Folstag) y sus hermanos, también gigantes de fuego y gigantes que se encontraban en las montañas del frío poblado nórdico, los humanos y sus heroes, todos eran destruidos.
El propósito de la guerra entre deidades tenía como fin la resurción de un mundo donde no hubiera males, pues cada dios ya sabía lo que iba a suceder, quien los iba a matar, en donde iban a morir, y solo aquel superviviente puro de corazón y mente iba a ir a un lugar sagrado protegido por el poder de los dioses supervivientes a la destrucción, los malvados se iban a ese lugar tan obscuro en el centro de la tierra condenados al tártaro, y a ser eternamente devorados por los dragones oscuros como el Nidhogg y ser castigados por el poder de las sombras de los muertos por toda la eternidad.
El panorama que más se ha explorado es una guerra nuclear o el uso de algún arma con posibilidades similares. Es difícil predecir si esto exterminaría a la humanidad, pero ciertamente podía alterar a la civilización tal como la conocemos, en particular si tuviera lugar un acontecimiento de invierno nuclear. Albert Einstein dijo: "Yo no sé cómo será la tercera guerra mundial, lo que sí sé es que la cuarta guerra mundial los hombres la disputaremos con palos y piedras"
Igualmente la posibilidad de un desastre nuclear , sin necesidad de que estalle la guerra, es alta. Falsas alarmas de guerra, fallos en los equipos informáticos que controlan las armas nucleares e incluso un desastre de plantas de energía nuclear, podrían concluir con el fin del mundo.
Algunos de los peligros previstos que se han excluido de la lista de accidentes en los argumentos que parecen demasiado poco probables para causar un desastre terminal a nivel global son: llamaradas solares, supernovas, explosiones o fusiones de agujeros negros, explosiones de rayos gamma, implosiones del centro de la galaxia, supervolcanes, pérdida de biodiversidad, acumulación de la contaminación atmosférica, pérdida gradual de la fertilidad humana, y varios panoramas religiosos sobre el día final.
La predicción de los acontecimientos futuros se conoce como estudios de futuro. Los estudios de futuro son una herramienta para paliar o evitar los posibles peligros a los que nos pudiéramos enfrentar.
Existen varios riesgos que comprometen a la humanidad y la civilización, pero no todos los riesgos son iguales. Los riesgos se pueden categorizar generalmente en seis tipos basados en el alcance del riesgo (personal, regional, global) y la intensidad del riesgo (soportable o terminal).
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